
08 Ruta de las Norias
Ruta de Las Norias del río Genil es circular y tiene recorre una distancia total de 8,68 km transita entre pinares de repoblación, olivares, huertas, frutales y bosque de ribera del río Genil, mientras se contempla los meandros del río Genil y se visitan las norias de origen árabe de la Huerta de las Cruces, de la Isla de San Miguel y del Campo del Castillo.
Esta ruta comprende el trazado del PR-A 160 (sendero del camping) y parte del sendero Paisajes con Historia: Ruta de las Norias del Río Genil, las cuales componen un singular grupo de ingenios hidráulicos de gran interés. Durante el paseo se disfrutan panorámicas del Cerro del Hacho donde se ubica el castillo de Gómez Arias, puente de Hernán Ruiz II y los dos viaductos monumentales de la A-45.
Noria de las Cruces

La Noria de los Cruces es la más antigua de las tres que componen la ruta. El conjunto integro de esta es original. Consta de una rueda de 12 m. de diámetro, soportes de mampostería, y una interesante acequia de obra que se eleva casi 3 m. del suelo y que cuenta con canal, contrafuertes, peldaños y arco carpanel por el que se accedía originalmente. En las inmediaciones se mantiene el canal de retorno hacia el río del agua sobrante de las huertas. Su restauración es el resultado del esfuerzo por conservar este interesante ejemplo de patrimonio industrial de entre los s. XIX y XX. Con su conservación podemos entender y valorar mejor los ingenios fluviales y los desparecidos modos de vida ligados a los usos tradicionales del agua. Estas huertas, llamadas también de las Cruces, recuperan ahora su nombre original, Los Cruces, procedente del apellido Cruz, el de los antiguos propietarios. Los árabes fueron los artífices de las norias de los ríos de Al-Andalus y posiblemente en su origen, de las norias del Benamejí árabe, Hisn Bani Basbir.
Las norias estuvieron en funcionamiento hasta finales de los años 60 del pasado siglo, cuando la construcción del cercano pantano de Iznájar mermó el caudal del río Genil. Las tres norias, en la margen derecha del río forman parte de un conjunto de construcciones hidráulicas que se completa en obras renacentistas del Molino harinero de la Aceña y el Puente de Hernán Ruiz II, de 1556. Las norias están enclavadas en espacios de gran interés medioambiental, se acompañan de un frondoso sotobosque donde encontraremos álamos, choperas blancas, sauces, cañas, tarajes, adelfas y espinares ribereños. Entre las especies animales veremos conejos, garzas y ánades reales. También nos sorprenderá el vuelo de rapaces como el vuelo de rapaces como cernícalos, milanos reales y halcones peregrinos de las laderas del cerro del Castillo.
Hoy en día, el legado de las norias es una lección sobre el uso sostenible de los recursos naturales y del necesario vínculo entre el hombre y la naturaleza.
Noria de la Isla de San Miguel

Noria de la Isla de San Miguel. Situada en una isla o paraje que el río Genil abraza, conserva la base de la noria y la tolva original, construida en ladrillos de los antiguos alfares de El Tejar de Benamejí y con materiales reutilizados de época romana. Está enclavada en una rica zona de huertas, aun hoy en explotación.
La rigurosa reproducción que se ha llevado a cabo de la rueda hidráulica de 12 m. de diámetro, responde al interés didáctico de recrear su funcionamiento. Se han reproducido además los cangilones y palas originales de madera, las compuertas, así como la artesa o canal que conduce el agua de la noria hacia la tolva.
Las norias estuvieron en funcionamiento hasta finales de los años 60 del pasado siglo, cuando la construcción del cercano pantano de Iznájar mermó el caudal del río Genil. Las tres norias, en la margen derecha del río forman parte de un conjunto de construcciones hidráulicas que se completa en obras renacentistas del Molino harinero de la Aceña y el Puente de Hernán Ruiz II, de 1556. Las norias están enclavadas en espacios de gran interés medioambiental, se acompañan de un frondoso sotobosque donde encontraremos álamos, choperas blancas, sauces, cañas, tarajes, adelfas y espinares ribereños. Entre las especies animales veremos conejos, garzas y ánades reales. También nos sorprenderá el vuelo de rapaces como el vuelo de rapaces como cernícalos, milanos reales y halcones peregrinos de las laderas del cerro del Castillo.
Hoy en día, el legado de las norias es una lección sobre el uso sostenible de los recursos naturales y del necesario vínculo entre el hombre y la naturaleza.
Noria del Campo del Castillo

Noria del Campo del Castillo. Esta noria queda a los pies de las ruinas de un Castillo que corona el cerro. Forma un pintoresco rincón en medio de un soto de rica vegetación de ribera en el que también podemos contemplar los viaductos monumentales de la A-45.
De obligada visita es esta interesante ruta por la memoria de lo que ha sido hasta hace muy poco la primera fuente de riqueza del mundo rural, su cultura del medio natural. También es muy gratificante el paseo y didáctico, toda una lección de lo que hoy entendemos por desarrollo sostenible.
Las tres norias, hoy restauradas del río Genil en Benamejí, junto con el monumental puente renacentista de Hernán Ruiz II, conforman una sobresaliente representación de las construcciones ligadas al agua en este municipio de Subbética Cordobesa. De origen árabe, las norias de la Huerta de Los Cruces, de la Isla de San Miguel y del Campo del Castillo componen un singular grupo de ingenios hidráulicos que, en su día, sirvieron para el riego de las huertas cercanas. Hoy, aunque ya sin uso agrícola, su restauración y puesta en valor nos devuelve una fotografía que nos permite contemplar un paisaje del río Genil que pertenece a la historia de Benamejí. Complemento imprescindible, el puente de Hernán Ruiz lI, a escasamente 1 km del inicio de la ruta, constituye uno de los puentes históricos más relevantes de la provincia. Se comenzó a construir en 1550 por encargo de D. Diego de Bernuy, vecino y regidor de Burgos, a quién el rey había vendido el heredamiento de Benamejí un año antes. Para ello, hizo traer de al reputado arquitecto Hernán Ruiz II, maestro mayor de las Catedrales de Córdoba y Sevilla y sin duda uno de los más importantes arquitectos de la época.
4:- La ruta concluye con un agradable paseo entre olivares, bosque de ribera, huertas y unas bellas panorámicas sobre el Puente de Hernán Ruiz II, de entre todas las obras de ingeniería de este importante arquitecto renacentista, este es el único ejemplo de nueva planta totalmente ejecutado por él mismo. Su valor más reseñable es el de obra de ingeniería que responde ejemplarmente a los cánones renacentistas de geometría, composición, proporciones y casi desnudez ornamental.
Se trata de un puente del siglo XVI, que salva el cauce del Río Genil siguiendo el antiguo camino de Antequera. Está situado en un tramo antiguo de la carretera nacional de Córdoba a Málaga (CN-331), entre los municipios de Benamejí El Tejar.
En su conjunto se revela como un diseño de tradición medieval, aunque con proporciones que se atienen a conceptos renacentistas. El tablero se sitúa a unos veinte metros sobre el nivel del río, manteniendo prácticamente horizontal el trazado del camino en esta zona, a pesar de lo profundo del cauce.
Los arcos laterales, entre estribos y pilas, son de medio punto y avanzan sobre una línea de imposta que recorre los elementos sustentantes. Tienen una luz de 88 dm y su rosca está ligeramente rehundida. El arco central, de30 m de luz, es también de punto medio, con arranque al nivel del agua y con rosca igualmente rehundida. A cierta altura, se reconocen unos grandes mechinales que probablemente correspondan a los anclajes de las cimbras para su construcción. Los tres arcos se trasdosan con una sencilla moldura achaflanada.
La fábrica del puente es de sillares regulares, de tamaño medio, bien labrados y de color homogéneo, de piedra fosilífera. El pretil, que carece de molduras y presenta sus aristas achaflanadas, recorre perimetralmente, ambos lados de la calzada. Sobre los tajamares se ensancha la calzada, generándose una especie de miradores o apeaderos prot